Código de silencio (1985)

Chuck Norris tras los pasos de Harry el sucio.

La policía de Chicago ha fracasado en su última redada de drogas, con dos agentes caídos en acto de servicio. El sargento Eddie Cusack (Chuck Norris), famoso por ser implacable a la hora de hacer cumplir la ley, será el encargado de investigar el caso.

Este es el argumento de Código de silencio (1985), curiosamente iba a ser el guión de la cuarta entrega de Harry el sucio pero Clint Eastwood no estaba interesado en aquel momento en el proyecto (se encontraba en la producción de El Jinete palido) y retomaría su famoso personaje con Impacto Subito. Con semejante material, Orion Pictures recurrió al protagonista de Walker Texar Ranger para protagonizarla (tras la negativa de Kris Kristofferson tras considerarla demasiado violenta).

Y es que a diferencia de las producciones que protagonizaba con la Cannon, Código de silencio se nota el salto de calidad, sobretodo en la producción. La película contó con un presupuesto de  presupuesto de 7 millones de dólares (llegando al número 1 de la taquilla recaudando más de 20 sólo en USA y siendo la segunda película más taquillera de la filmografía del barbudo actor).

Pero no solamente se nota la pasta en la cinta, tenemos un guión más elaborado, donde nuestro protagonista no sólo tenía que verse las caras con los traficantes de turno sino que se enfrenta a la corrupción dentro de su propio departamento. Habría que destacar esa banda sonora de David Michael Frank, repleta de sonidos con saxofón o ese continuo ritmo de bajo que nos mete de lleno en la acción.

Además de tener unos actores secundarios muy conocidos, donde habría que destacar a Dennis Farina (Snatch, cerdos y diamantes) como el compañero del protagonista, la televisiva Molly Hagan (iZombie) o Henry Silva (El mensajero del miedo, Ghost dog) como el villano de la función. Sin olvidar que en la silla del director estaba Andrew Davis (acreditado como Andy Davis), que hacía su segundo filme con su buen hacer y pulso narrativo. Donde ya prometía que sería un buen director de acción con títulos como Alerta Máxima o El fugitivo (su mejor filme).

Con todo esto, el filme esta más cerca del thriller policíaco que la típica cinta de acción. Salvo ese clímax final plagado de explosiones, persecuciones e incluso un robot armado hasta los dientes. Norris esta bastante comedido, es más llega a ser apalizado y demuestra cierto sentimientos, incluso es de los títulos que menos artes marciales tiene. Con todo esto, es normal que para Chuck, la consideré una de sus mejores películas.

En definitiva Código de silencio es una película que para los amantes del cine de acción de los 80 les merecerá la pena revisitar y para aquellos que desconozcan dentro de la carrera del protagonista de Invasión USA.

Por @ged_joe